jueves, 17 de enero de 2013

José Hilario López


José Hilario López Valdés (Popayán, Virreinato de la Nueva Granada, 18 de febrero de 1798 - Campoalegre, Huila, Estados Unidos de Colombia, 27 de noviembre de 1869). Militar y político colombiano, presidente de la República (1849-1853). Hijo de José Casimiro López Hurtado, oficial de cruzada, y de Rafaela Valdés y Fernández de Córdoba. Estudió en Popayán, bajo la tutela deJosé Félix Restrepo en la Universidad del Cauca. Muy temprano quedó huérfano de padre y, como consecuencia, su madre enloqueció. José Hílario y sus hermanos quedaron, entonces, al cuidado de un tutor que rápidamente dilapidó la herencia; por esta razón, él y su hermano Laureano se vieron obligados a emplearse como herreros.
Carrera Militar
En 1812, a los catorce años, se enroló en el ejército patriota como cadete de la Quinta Compañía, bajo el mando del capitán José María Ordóñez. Sirvió bajo las órdenes de José María Cabal, Antonio Nariño, Manuel Serviez y Custodio García Rovira, estuvo en los combates de Piedras de Moler, las de Cañas, Paniquitá, y combatió en las batallas de Alto Palacé (diciembre 30 de 1813), Calibío (enero de 1814) donde fue el primero que cargó al enemigo a la bayoneta, el asalto de Juanambú, Tacines (mayo 9 de 1814) como subteniente y Pasto (mayo 10 de 1814). En el ataque a la ciudad de Pasto recibio una herida, y 1815 se halló en la accion del Palo, enrolado en la caballería que mandaba el comandante Dufour, a la cual concurrió aunque se hallaba con licencia por enfermo, al saber la aproximacion del enemigo al cuartel general del ejército republicano, siendo inferior en número al español.
En la batalla de la Cuchilla del Tambo (junio 30 de 1816) cayó prisionero del ejército español dirigido por Juan Sámano y fue condenado a muerte. Junto con otros prisioneros fué conducido en cadena a Popayan, paseado por la plaza y calles, y después reducido a un calabozo en la cárcel de esa ciudad, sufriendo en él la desnudez, el hambre y toda clase de penalidades. Se le ofreció conmutarle la condena a cambio de que sirviera como pregonero del ejército español, a lo cual se negó. Debió entonces participar en un sorteo para elegir a los prisioneros que serían ejecutados, y obtuvo la boleta negra que lo condenaba a morir fusilado. Finalmente la sentencia le fue conmutada, cuando llegó a Popayán una orden del presidente Toribio Montes, de Quito, en el sentido de fusilar sólo a los militares de cierta graduación. López es conducido con sus compañeros a Bogotá, corriendo muchas veces el riesgo de ser asesinádo, como lo fueron algunos de ellos. Es de nuevo encerrado en un calabozo y se le condena a presidio, conmutándosele poco despues esta pena por la de servir ilimitadamente de soldado raso, en cuya condicion fué filiado en el batallón Granaderos. Se relacionó con personas vinculadas con la causa independentista, entre ellas los hermanos Almeyda y Policarpa Salavarrieta, quienes tramaban un levantamiento en Santafé y buscaron ganar prosélitos entre la tropa española. La acción fue denunciada y al ser encarcelados los cabecillas, José Hilario y su hermano Laureano proyectaron huir a los Llanos, pero este plan se frustró debido a una enfermedad de José Hilario. Le tocó entonces servir de centinela en la capilla de los cabecillas que iban a ser fusilados y tuvo que presenciar la ejecución de Policarpa Salavarrieta, el 14 de noviembre de 1817. El 28 de junio de 1819 López consiguió su libertad absoluta, gracias a la mediación de su tía Eusebia Caicedo. En agosto, viajando al Sur, mientras tenía lugar la batalla del Puente Boyacá, López estaba en La Mesa, tratando de unirse a las guerrillas patriotas del coronel José Ignacio Rodríguez. Al llegar algunos de los derrotados a ese lugar con el jefe español Calzada, se pone López en armas con un pequeño número de patriotas, persigue al enemigo en su derrota y rescata algunos prisioneros, habiendo antes procurado la fuga del doctor Vicente Azuero, su antiguo compañero de presidio. Fue ascendido a teniente efectivo, con grado de capitán, y también fue ayudante mayor del batallon "Vencedor de Boyacá", en el cual emprendió e hizo la campaña de Venezuela. Participó en la Campaña del Norte, que realizó su gran ofensiva en Venezuela, donde el ejército libertador avanzó por Mérida, Trujillo, Betijote, Escuque y Niquitao, hasta alcanzar Barinas. En el combate de las Cruces de San Antonio mereció su ascenso a capitán efectivo, marchando en seguida hacia los llanos de Apure, a las órdenes del general Cárlos Soublette, participó en las contiendas bélicas de Cúcuta y Apure, después de la campaña de Barinas se le había ascendido a sargento mayor el 23 de setiembre de 1820. Se le nombró comandante militar de San José de Cúcuta, mientras se incorporaba al batallón a que se le había destinado y en el cual siguió a Trujillo, en donde tenia el Libertador su cuartel general. Se le nombra comandante de la columna "Carrillo," y se le confiere despues el mando del batallón "Várgas de la Guardia". Una fiebre violenta le impidió estar presente en la batalla de Carabobo, pero bajo la dirección de José Antonio Páez participó en el sitio de Puerto Cabello, donde se distinguió militarmente.
Ocupó varios puestos importantes, como comandante general de Aragua y gobernador civil y militar de Valencia. Posteriormente fue encargado de acompañar a Bogotá al coronel Todd, agente diplomático de los Estados Unidos, lo que causó gran disgusto a Páez, quién no quería dejarlo marchar. Una vez en Bogotá, Santander lo encargó comandante del batallón Cauca y jefe de estado mayor de aquel departamento. López se escusó por dos veces, manifestando que estaba comprometido con el general Páez a volver a Venezuela; pero el gobierno no le admitió la excusa, y tuvo que marchar a su destino, del cual toma posesión en febrero de 1823. Ese mismo año, el 6 de abril, fue ascendido a teniente coronel; y el 23 de junio se casó.
Luego de que el coronel Agustín Agualongo, indígena de ascendencia inca que defendía el derecho divino de los reyes de España, derrotara a Juan José Flórez en junio de 1823, el general José María Córdova llegó a Popayán para combatirlo. En la campaña, López actuó como segundo de Córdova, que dijo de esta campaña: "que habia sido la más lúcida de toda su carrera militar, y que se proponía. escribirla, con todos sus detalles, para que se viera que nunca se habian aplicado en tan corto tiempo todos los principios del arte de la guerra, ni combatido tan desventajosamente, ni desplegado tanto valor, ni usado de tanta habilidad como en esa vez". El comandante López llegó a Popayán despues de vencer obstáculos que parecian insuperables, y habiendo hallado la plaza en estado de sitio, penetró en ella, valiéndose al efecto de una estratagema. El comandante jeneral puso a sus órdenes una parte de la fuerza que había en el lugar, y con ella despejó el campo y puso en dispersión y fuga a las guerrillas enemigas. López buscó seguir con el ejército que se dirigía hacia el Perú, pero no le fue permitido El gobierno revocó la licencia concedida a López de pasar al ejército que iba en auxilio del Perú. Fue encargado, en cambio, de instruir y disciplinar las tropas que eran enviadas hacia el sur, labor que le desagradó profundamente, y destruyó las guerrillas que infestaban la región. A principios de 1825 tomó acciones contra un centinela que atropellaba civiles. Por ese motivo se le siguió un juicio y fue condenado a ocho meses de prisión. Cumplida la sentencia fue nombrado nuevamente en el Estado Mayor del Cauca, encargado en interinidad de la comandancia general, ascendido a teniente coronel efectivo y nombrado segundo ayudante del Estado Mayor General de Colombia, era coronel en 1826 y continuó ejerciendo la comandancia general del Cauca hata 1827. En 1828 fue nombrado representante por la provincia del Chocó a la gran convencion de Ocaña, en la cual perteneció a la mayoria republicana. En 1826, cuando la unidad política de la Gran Colombia entró en crisis, José Hilario López formó parte del sector que reaccionó en contra de los principios consignados en la Constitución redactada por Bolívar para la nueva república de Bolivia. Desde las páginas de ET Republicano, López inició su oposición a esta Carta. De igual forma se negó a apoyar la iniciativa del general Tomás Cipriano de Mosquera, intendente de Guayaquil, quien lo instó para que se uniera a la causa que proclamaba a Bolívar dictador. Su posición en esta coyuntura, en la que las posiciones de Bolívar y Santander se habían polarizado, lo colocó al lado de Santander. En estas circunstancias, la prisión de Santander, acusado de haber participado en el atentado contra Bolívar, en septiembre de 1828, llevó a muchos de sus partidarios a la rebelión. López, en su calidad de jefe del Estado Mayor General y comandante general del departamento de Azuay, se levantó en armas junto con el coronel José María Obando, poco después de la conspiración. Ambos proclamaron la Constitución de la Gran Colombia y declararon la guerra abierta a Bolívar. Se enfrentaron a Mosquera y lo vencieron en el campo de La Ladera, a mediados de noviembre de ese año, y luego se enfrentaron con las tropas de los generales Tomás Heres y José María Córdova.

Francisco de Paula Santander

Francisco José de Paula Santander y Omaña (Villa del Rosario, 2 de abril de 1792 - Bogotá, 6 de mayo de 1840) fue un estadista, jurista, revolucionario, militar y político colombiano, prócer de la Independencia de Colombia. Participó en la Guerra de la independencia. Desempeñó un rol determinante en la Batalla de Boyacá y fue ascendido por Bolívar al rango de general de división.
Fue conocido como "El Hombre de las Leyes". y el "Organizador de la Victoria". Fue Vicepresidente de la Gran Colombia en el período de 1819-1827 (encargado del poder ejecutivo) y Presidente de la República de la Nueva Granada entre 1832 y 1837.
Su padre fue Don Juan Agustín Santander y Colmenares -quien había sido gobernador de la Provincia de San Faustino de los Ríos y cultivador de cacao en sus posesiones rurales- y su madre Doña Manuela Antonia de Omaña y Rodríguez; ambos pertenecientes a familias criollas descendientes de funcionarios coloniales llegados a la entonces Nuevo Reino de Granada.
Primeros años en su carrera militar
Sus Padres fueron Juan Agustín Santander y Colmenares y Manuela Omaña. Su infancia transcurrió en la comodidad de las haciendas de café, caña de azúcar y cacao que poseía su padre, quien fue gobernador de la Provincia de San Faustino de los Ríos, y descendía de una antigua familia de militares y funcionarios.
En 1805 viaja a Bogotá a estudiar en el Colegio Mayor de San Bartolomé. Obtiene la Beca de bartolia en 1805 y el grado de Bachiller en Filosofía en 1808, casi culminando sus estudios de Derecho en la Universidad Santo Tomás, en el año 1810, cuando en las calles lo sorprende la Guerra de Independencia.
Ingresó como recluta voluntario en las filas patrióticas y ascendido a subteniente-abanderado del batallón de guardias nacionales. Fue parte de la Inspección Militar, de la comisión de Guerra en la Junta Suprema y colaborando con Antonio Baraya en la campaña del Norte y en la guerra de la federación contra las fuerzas centralistas de Cundinamarcadespués de haber anexado Mariquita en sus filas, siendo ascendido sucesivamente a teniente y capitán, en menos de un mes (1812) fue herido y hecho prisionero durante el asedio a Bogotá por las fuerzas centralistas al mando de Antonio Nariño, quien lo libera para enviarlo a servir en la campaña del general Simón Bolívar en el norte. En 1813, ya ascendido a sargento mayor, Bolívar le encomendó la defensa de los valles de Cúcuta, donde fue vencido por los realistas aunque les provocó un verdadero dolor de cabeza y tuvo victorias a pesar de la inferioridad cuantitativa o cualitativa, defendiendo o recapturando los valles de Cúcuta y parte de Venezuela, hasta la batalla de Cachirí donde mandó la vanguardia y la descubierta, y donde el general Custodio García Rovira gritó "Firmes, carajo", tras lo cual se vincula a la guerra en Venezuela haciendo y acompañando a Bolívar en la campaña de los Llanos de Caracas, además de hacer la de Barinas, de la Guayana o Apure, y contiendas como Fuerte Brión, hato del Yagual, Achaguas, Bancolargo, Guayabal, Calabozo, El Sombrero, La Puerta, Barbacoas, Acurén, Ortiz, el Rincón de los Toros y otras.
En 1813 Santander no participó en la Campaña Admirable en la que Bolívar continuo sus acciones en terririo venezolano; Santander permaneció en la población de La Grita, que había capturado por asalto, en apoyo al coronel Manuel del Castillo quien se negó en seguir hacia Caracas.
Por sus méritos, Santander fue ascendido honoríficamente a sargento mayor general. En 1814 se convierte en coronel y desde 1816 participa en el repliegue del ejército libertador en los llanos, si bien dura poco en la comandancia de este ejército debido a la resistencia de los soldados llaneros a ser dirigidos por un militar ajeno a la región y que previamente había rechazado por considerarse incompetente para dirigir a los llaneros rebeldes a la disciplina militar. Pero entonces de acuerdo con el nombramiento de Páez enterró su espada en el suelo, declaró que prefería morir con ella enterrada antes que consentir que el nombramiento no fuera hecho adecuadamente y se ganó cierto respeto que también ganaría luchando al lado de Páez. Fue comandante de la segunda brigada de caballería, venciendo en El Yagual donde fue crucial, cargó violentamente y también lucharía lanza en mano en la campaña de los Llanos. En 1818 es ascendido a general de brigada, y con experiencia como oficial de Estado Mayor y comandante, mandando entre otros los batallones "Piar", "Apure" y "Bajo Caroní", la segunda brigada de caballería o la primera división de línea del Bajo Caroní se le encomienda reorganizar las fuerzas en Casanare para la ofensiva final.
Vicepresidencia de la Gran Colombia
Después de acciones como Termópilas de Paya, Pantano de Vargas o Gámeza, donde fue herido al frente de las tropas, y el cruce de Pisba, con su ejército fue la pieza definitiva en el triunfo de Bolívar en la Batalla de Boyacá en 1819, donde rodeó al enemigo, y lo persiguió evitando que pudiera reorganizarse; se le ascendió a general de división en el campo de batalla, y es desde ese momento en que recibe el título de "Organizador de la Victoria" por la forma cómo logró estructurar y disciplinar las filas que tres años atrás le habían dado la espalda, y las había convertido en el ejército más efectivo de los que participaban en las batallas de la independencia. Además de comandante de compañía, de batallón, de brigada y de división, antes de ser relevado del mando para asumir la Vicepresidencia y el Poder Ejecutivo en ausencia del Libertador, era comandante del cuerpo de ejército de vanguardia, con la artillería y los batallones “Cazadores” y “1° de Línea”, los ingenieros, la compañía de carabineros, el escuadrón “Dragones”, los Guías del General, los regimientos “Lanceros Nº 1” y “Lanceros Nº 2”, el escuadrón “Invictos de Arauca”, el escuadrón “1° del Meta”, incluyendo no solo esta división de vanguardia sino la división de retaguardia y, posiblemente, habría podido ser jefe de Estado Mayor del Ejército Libertador en el Perú según la palabras de Santander: "Electo Vicepresidente de Colombia, a la sazón de hallarme en Bogotá a más de 100 leguas de Cúcuta, formé la resolución de renunciar el destino y acompañar al general Bolívar en calidad de Jefe de Estado Mayor General del Ejército Libertador en Quito, como me lo había ofrecido. Me puse en marcha para Cúcuta a hablar con el general Bolívar, que debía venir de Maracaibo, y llegamos casi simultáneamente. Le impuse al efecto de mi resolución […] Bolívar me manifestó su resolución de irse a la Campaña del Sur renunciando a la Presidencia: le obligaba a ello su convicción de no poder gobernar con la Constitución decretada por el Congreso, su genio que lo llamaba al campo de batalla, y los disgustos que le habían causado personalmente en algunas sesiones del mismo Congreso. No pude, ni debía convenir en que no aceptase la Presidencia, e hice todos los esfuerzos imaginables por disuadirlo de tan fatal resolución. Al fin me intimó que la aceptaría si yo aceptaba la Vicepresidencia, y de ningún modo en el caso contrario; a tan fuerte condición, de la cual me hizo un grato recuerdo en carta de Lima que existe en mi poder, yo no debía resistir; aceptamos nuestros nuevos destinos y prestamos juramento correspondiente; él partió de Cúcuta para Bogotá a disponer los preparativos de su campaña, y yo empecé a ejercer las funciones del gobierno auxiliado de los conocimientos y respetabilidad de los secretarios nombrados a solicitud mía, y para cuya admisión los había interesado particularmente".

Policarpa Salavarrieta


Policarpa Salavarrieta (Guaduas, 26 de enero de 1796 - Santafé de Bogotá, 14 de noviembre de 1817) fue una heroína de laindependencia de Colombia. También conocida como La Pola, actuó como espía de las fuerzas independentistas de la naciente república durante el período denominado "La Patria Boba" y murió fusilada durante la Reconquista Española.
Biografía
La versión más popular dice que Policarpa Salavarrieta nació en Guaduas, aunque no se sabe con certeza el lugar de su nacimiento. También se dice que nació en Moniquirá (Boyacá) o en Socorro (Santander) el 26 de enero de 1794, pero nada de ello se ha podido probar por falta de documentos legales. Rafael Pombo afirmó que ella nació en Mariquita (Tolima) y José Caicedo Rojas lo confirmó en Bogotá. En un esfuerzo por reconciliar las diferentes versiones en los libros de historia, laAcademia Colombiana de Historia dio su fallo final a favor de la población de Guaduas, el 26 de enero de 1796.
Las fechas más posibles para su nacimiento son los años 1793, 1794 o 1796. Si escogemos el último año, la Pola tendría 21 años cuando marchó al patíbulo. Las dudas sobre el lugar y fecha de su nacimiento, y sobre su nombre, obedecen a que no hay ningún documento que pruebe la verdad de estos datos; su partida de bautismo hasta ahora no se ha encontrado, aunque se rumora que fue bautizada en Tenjo (Cundinamarca), ya que hay algunos manuscritos en la parroquia que así lo demuestran.
Policarpa Salavarrieta Ríos se crio en una familia acomodada, que tenía lo suficiente y era respetada en la villa, pero no poseía ningún estatus de hidalguía. El testamento de su padre, Joaquín Salavarrieta, lo muestra como un hombre de regular fortuna, que había emprendido negocios de agricultura y comercio. En el de su madre, Mariana Ríos, figuran ropas abundantes, alhajas de precio y menaje doméstico no escaso. La casa de la familia Salavarrieta Ríos en Guaduas, que se conserva aún, convertida en museo, no es la más prestante, suntuosa o bien construida de la villa, pero tampoco es pequeña ni miserable.
La familia Salavarrieta Ríos se trasladó a vivir a Bogotá en 1797. Se establecieron en una casa baja de tapia y teja en el barrio de Santa Bárbara. En 1802 se extendió una epidemia de viruela en la capital, a causa de la cual murieron el padre, la madre y dos hermanos de Policarpa: Eduardo y María Ignacia. Después de esta tragedia, la familia Salavarrieta Ríos se disolvió: José María y Manuel ingresaron a la comunidad agustina; Ramón y Francisco Antonio viajaron a Tena e ingresaron a trabajar en una finca; Catarina, la hermana mayor, resolvió trasladarse de nuevo a Guaduas, alrededor de 1804, con sus dos hermanos menores: Policarpa y Bibiano. Se establecieron en la casa de la madrina Margarita Beltrán, hermana de Manuela, hasta que Catarina se casó con Domingo García, y sus dos hermanos se fueron a vivir con la nueva pareja.
Del tiempo que la Pola vivió en Guaduas hay poca información, parece que se desempeñó como costurera y algunos afirman que enseñó en la escuela pública. Guaduas es entonces un sitio de obligado tránsito entre la capital y el río Magdalena, columna vertebral del país; viajeros notables, arneros, productos y noticias de todos los sucesos atravesaban constantemente la villa. En estos tiempos de guerra, Policarpa Salavarrieta compartió con su familia el espíritu patriota. Su cuñado, Domingo García, murió luchando al lado del prócer Antonio Nariño en sus Campañas del Sur, y su hermano Bibiano fue veterano de las mismas.
Actividad Política

Sus actividades durante la época independentista estuvieron especialmente vinculadas con el ejército patriota de los Llanos; recibía y mandaba mensajes, compraba material de guerra, convencía individualmente a jóvenes y les ayudaba a adherirse a los grupos patriotas. Experta en espionaje, Policarpa se volvió rápidamente indispensable para la causa patriota. Ella trabajaba siempre al lado de algún compatriota como su hermano Bibiano, pero su compañero de trabajo más importante fue Alejo Sabaraín. Sabaraín ya había luchado junto a Nariño en el sur, y había sido capturado en 1816; al año siguiente lo cubrió el indulto, y libre, se dedicó al espionaje. Las actividades de Policarpa tal vez no hubieran resultado sospechosas para los realistas, de no ser por la huida de los hermanos Almeyda, quienes fueron capturados con documentos que comprometían a la Pola.
Prisión y Patíbulo
El arresto de Alejo Sabaraín fue el elemento definitivo para la captura de la Pola, pues Sabaraín tenía una lista de nombres de realistas y de patriotas que la Pola le había entregado. Hasta ese momento, Policarpa se había podido mover hábilmente por la ciudad, porque estaba recién llegada y muy poca gente la conocía; además, su juventud e inteligencia le habían permitido desenvolverse con gran capacidad. El sargento Iglesias, el principal agente español en la ciudad, fue comisionado para encontrarla y arrestarla. Policarpa fue detenida en la casa de Andrea Ricaurte de Lozano, y encerrada en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario convertido en cárcel.
El Consejo de Guerra la condenó a muerte el 10 de noviembre de 1817, junto con Sabaraín y otros patriotas más. La hora y fecha determinada para el fusilamiento fueron las nueve de la mañana del 14 de noviembre de 1817. La Pola marchó con dos sacerdotes a los lados. Se resistió un momento a marchar, para poder expresar sus pensamientos a los ministros que la acompañaban. Prosiguió con paso firme hasta el suplicio, y en vez de repetir lo que decían los religiosos, no hacía sino maldecir a los españoles. Al subirla al banquillo, se les ordenó a los condenados ponerse de espaldas porque así deberían morir los traidores; ellos solicitaron permiso para ponerse de rodillas, por considerar que esta era una posición más apropiada.
Su cuerpo no fue expuesto en las calles de Bogotá como los de sus compañeros fusilados con ella, por ser el de una mujer. Sus hermanos sacerdotes lo reclamaron y lo guardaron en la iglesia de San Agustín. Actualmente sus restos se encuentran en el panteón de los héroes de la independencia en la iglesia de la Veracruz en Bogotá.
Trascendencia histórica

Muchos historiadores de este período consideran a Policarpa Salavarrieta como la mujer más representativa de la revolución independentista colombiana. En su época, la ejecución de una mujer joven por un crimen político, movió a la población y creó una gran resistencia al régimen del terror impuesto por Juan Sámano. Si bien muchas mujeres fueron igualmente asesinadas durante la ocupación española, el caso de la Pola cautivó la imaginación popular. Su muerte inspiró a poetas, escritores y dramaturgos para inmortalizar su historia, siempre resaltando su valentía y coraje.
De su carácter heroico, de su fe y su pasión por la libertad, son expresión elocuente las palabras que pronunció al subir al banquillo, dirigidas al pueblo que iba a presenciar su ejecución:
«¡Pueblo indolente! ¡Cuanta distinta sería hoy vuestra suerte si conocieseis el precio de la libertad! Pero no es tarde. Ved que, aunque mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más, no olvidéis este ejemplo...»
(...)
«Miserable pueblo, yo os compadezco; ¡algún día tendreis más dignidad!»
El 9 de noviembre de 1967, en virtud de la Ley 44 del Congreso de la República de Colombia y firmada por el Presidente Carlos Lleras Restrepo, declaró en su segundo artículo el día 14 de noviembre "Día de la mujer colombiana" en honor del aniversario de la muerte de "Nuestra heroína, Policarpa Salavarrieta".

INDEPENDENCIA

La independencia de Colombia fue el proceso histórico que permitió la emancipación de Colombia del Imperio español, dando fin al período colonial. La primera fase de la guerra, de 1810 a 1816, se caracterizó por constantes luchas internas entre los defensores de la independencia. En 1811 las provincias de la Nueva Granada se conformaron en un nuevo Estado independiente, consistente en una confederación débil de aquellas provincias que se habían declarado independientes en 1810. En 1816 los españoles ganaron de nuevo el control del país, con lo cual instala el llamado régimen del terrorSi bien durante este período varios grupos republicanos se mantuvieron activos, ejerciendo un poder efectivo en los Llanos, principalmente en la Guayana venezolana y en el Casanare, no sería sino hasta 1819 cuando se emprende el proceso final de expulsión del dominio español.
La Guerra de Independencia de Colombia fue el conflicto que se libró durante el primer cuarto del siglo XIX para liberar a la tierra que hoy es Colombia, entonces conocida como Nueva Granada. Esta fue parte de las guerras de independencia hispanoamericanas, una serie de luchas surgidas en América Latina motivadas por la invasión francesa de España en 1808, la cual fue parte de las guerras napoleónicas en Europa.
En 1819 un ejército republicano comandado por Simón Bolívar cruza las montañas que separan las provincias de Casanare y Tunja y tras las batallas de Paya, Pantano de Vargas y Puente de Boyacá tiene vía libre para tomar el control de Santa Fe, ciudad a la que llega el 10 de agosto de 1819.
Antecedentes
Las guerras de independencia de la América española se inspiraron en las de Estados Unidos y Haití, así como en la Revolución Francesa. El criollo blanco en los Estados Unidos quería la independencia de la dominación inglesa por razones económicas, políticas y sociales.
La invasión francesa de España en 1808 condujo al derrumbe de la monarquía española bajo el reinado de Fernando VII. La mayoría de los antiguos súbditos del rey Fernando no aceptaron el gobierno de José Bonaparte, quien fue nombrado para el cargo de rey de España por su hermano Napoleón I. El proceso para crear un gobierno estable tomó dos años. Mientras tanto, la junta superior creada como alternativa patriótica para el gobierno bonapartista generó un vacío de poder que llenó de incertidumbre política a las posesiones españolas en América, incluyendo el Virreinato de Nueva Granada, del cual hacía parte el territorio que hoy comprende a la República de Colombia.
La Patria Boba

Al período comprendido entre 1810 y 1816 se le conoce como la Patria Boba, caracterizado por los intensos combates entre los independentistas para definir la forma de gobierno que el nuevo estado debería tener. La lucha constante entre federalistas y centralistas produjo, en esta nación apenas en formación y desarrollo, la inestabilidad política y varias guerras regionales y civiles en todo el territorio. Un hecho similar tuvo lugar casi simultáneamente durante la lucha de independencia del Virreinato del Río de la Plata. Cada provincia y también algunas ciudades crearon sus propias juntas, que se declararon independientes unas de otras. Aunque la Junta de Santa Fe de Bogotá se denominó a sí misma "Junta Principal del Nuevo Reino de Granada", el territorio continuó dividido políticamente, pues las ciudades más pequeñas crearon sus propias juntas y pretendían ser independientes de las juntas de las capitales de provincia y esto llevó a los conflictos militares. En los meses siguientes hubo dos intentos fallidos de establecer un congreso provincial.
En 1811 la provincia de Bogotá, centralista, se había declarado Estado independiente, mientras las demás provincias se habían reunido en una federación llamada Provincias Unidas de Nueva Granada. Prontamente la forma de gobierno de la Nueva Granada se había vuelto una fuerte disputa y, finalmente, desembocó en guerra a finales de 1812 y nuevamente en 1814. La primera guerra terminó en empate, pero no impidió que Cundinamarca organizara una expedición contra Popayán y Pasto, ambas ciudades realistas. La expedición fracasó y su presidente, Antonio Nariño, fue capturado.
Entre tanto, en la vecina Venezuela tras la campaña de Reconquista de Monteverde (1812), el fin de la Primera República y la captura de Francisco de Miranda, varios oficiales independentistas, incluido Simón Bolívar, se refugiaron en Cartagena de Indias.
Mientras en la isla de Margarita y la costa de Cumaná estalló una sangrienta revuelta de negros y mulatos que se dedicaron a masacrar a colonos, canarios Bolívar aprovechó para lanzar la llamada Campaña Admirable con apoyo neogranadino, recuperando así Caracas, proclamando la Segunda República de Venezuela y decretando la Guerra a Muerte a todos los españoles y canarios que llevó a la larga a una verdadera guerra de exterminio.
Los realistas quedaron reducidos a una serie de bastiones en Venezuela, el principal en los Llanos (región entre el río Orinoco y los Andes costeros) donde el caudillo José Tomás Boves logró reunir un gran ejército de esclavos prófugos, ganaderos e indios y se lanzó en una sangrienta campaña de reconquista.
El gobierno de las Provincias Unidas aprovechó la ocasión —ya que se había alterado el de Cundinamarca— a enviar contra ellos un ejército liderados por Bolívar, que había huido de Venezuela por segunda vez, ya que la Segunda República de Venezuela había sucumbido tras su derrota en La Puerta y los patriotas tuvieron que huir hacia el Oriente. En ese momento los realistas de Pasto y Popayán con apoyo de Quito y Perúacababan de tomar Antioquia.
En diciembre de 1814 Bolívar obligó a Cundinamarca a unirse a las Provincias Unidas tras asediar Bogotá con 1.800 tropas, durante el acontecimiento el obispo de la ciudad excomulgó a Bolívar y sus oficiales. La urbe era defendida por 1.400 soldados al mando del general José Ramón de Leyva que volvían derrotados de la Campaña de Nariño en el Sur. A sus soldados se les dijo que Bolívar tenía planeado destruir su ciudad y acabar con la Iglesia católica. Unos 2.000 ciudadanos fueron armados y se repartieron puñales entre las mujeres. Finalmente los patriotas tomaron la ciudad después de una lucha calle por calle los defensores se rindieron bajo la promesa de perdonarles la vida y sus bienes tras dos días de combates (12 de diciembre). Sin embargo, los patriotas saquearon el rico barrio de Santa Bárbara y destruyeron su Observatorio Astronómico. Muchos hombres fueron masacrados y las mujeres de origen español que ahí habitaban fueron violadas.
En enero de 1815 el gobierno republicano fue trasladado de Tunja a Bogotá, y Bolívar recibió el rango de capitán general, con el encargo de expulsar a los realistas atrincherados en Santa Marta. Sin embargo, el gobierno establecido en Bogotá no logró unificar los esfuerzos de los patriotas debido a que Cartagena de Indias se hallaba en poder del coronel patriota Manuel del Castillo y Rada, quien desde 1813 se había enemistado con Bolívar al desobedecerlo y un año después se había declarado públicamente contra él. El plan consistía en que Bolívar atacaría Santa Marta con 2.000 hombres armados por Castillo para avanzar luego sobre Riohacha y Maracaibo pero ninguno confiaba en el otro.
Ni Castillo ni Bolívar quisieron atacar Santa Marta por temor a que su rival interno aprovechara para lanzar una ofensiva en su contra, a pesar de que ambos sabían que se estaba preparando una expedición española que usaría a Santa Marta como base de operaciones. Finalmente el capitán general decidió primero atacar Cartagena y empezó a preparar la campaña contra esa ciudad, luego avanzaría hacia Santa Marta y finalmente regresaría a Venezuela con todas las fuerzas disponibles.
Sin embargo, a mediados de 1815, Pablo Morillo arribó a la Nueva Granada con una gran fuerza expedicionaria, 18 barcos de guerra, 42 de transporte y 15.000 soldados y marinos, para la Campaña de Pacificación.
La reconquista española
La reconquista española de la Nueva Granada entre 1815 y 1816 y el período posterior, es conocido como la Reconquista (en América) o como Restauración (en España). Poco después que el rey Fernando VII había sido restaurado en el trono español, en 1813, decidió enviar fuerzas militares para recuperar el imperio americano de España, ahora controlado por las fuerzas criollas.
La expedición enviada en 1815 fue la expedición militar más fuerte que hasta entonces había sido enviada a América, se componía de alrededor de 60 barcos y 10.000 hombres. El general Pablo Morillo, un veterano de la lucha española contra Francia, fue elegido para dirigir la expedición, en la que fue la reconquista de las colonias de Venezuela y la Nueva Granada, terminando así los primeros cinco años de independencia de facto de Colombia.
Después de escuchar la noticia de la llegada de la fuerza expedicionaria, las diferencias internas se suavizaron un poco, pero siguieron siendo un obstáculo importante para los republicanos, incluso cuando el gobierno de las Provincias Unidas hizo un intento para resolverlas. En otra parte, las provincias ni siquiera podían darse mutuamente el apoyo que tanto necesitan. Con el tiempo, incluso muchos de los principales dirigentes, incluido Francisco de Paula Santander, se retiraron a las llanuras del este, cerca de la frontera con Venezuela, tratando de reorganizar las fuerzas política y militar para hacer frente al nuevo peligro.
Al no poder producirse una alianza entre Castillo y Bolívar, finalmente mientras el primero fue asediado y derrotado en Cartagena de Indias el segundo dejó el mando en manos de su primo Florencio Palacios y partió al autoexilio en Jamaica el 9 de mayo.
La Campaña Libertadora
A partir del año 1818 la situación se decantó definitivamente a favor de los patriotas, lo que permitió que Bolívar, desde Venezuela Francisco de Paula Santander, desde Nueva Granada empezaran a coordinar acciones conjuntas desde sus áreas de influencia que fomentaran una unidad militar.
Para entonces existía en la Nueva Granada un importante foco de resistencia revolucionaria contra las tropas de Morillo en los llanos de Casanare, zona contigua a los llanos de Apure y Arauca, donde algunos de los revolucionarios neogranadinos más comprometidos se retiraron para resistir la violencia de la Contrarrevolución del comandante militar Sámano como baluarte patriota al mando de Santander, a quien Bolívar ascendió al grado de Brigadier y lo nombró Comandante militar de la División de vanguardia.
Ambos habían elaborado un plan en el que Santander debía preparar la provincia de Casanare, unificar a los guerrilleros del sur y dar informes a Bolívar sobre las tropas españolas para iniciar la invasión de la Nueva Granada.
Junto con los preparativos militares también se realizaban acciones políticas importantes del mandatorio. El 21 de enero de 1819 llegaron a Angostura dos buques británicos, el Perseverance y el Tartare con un cuerpo de voluntario que fue conocido como la Legión Británica para apoyar a Bolívar y el 15 de marzo de 1819, el Libertador reunió el Congreso de Angostura, acontecimiento en el que pronunció una de sus mejores composiciones políticas, el Discurso de Angostura, en el que hacía un análisis crítico de la situación, exponía el rumbo a seguir para fundar la República y anunciaba el proyecto de la Constitución que fue promulgada en 1821.
El resultado de este Congreso fue el nacimiento oficial de la República de Colombia, conocida como la Gran Colombia, mediante la promulgación de la Ley Fundamental de Colombia y cuya extensión abarcó en ese momento los territorios de la Nueva Granada yVenezuela que se dividen políticamente en tres departamentos: Cundinamarca (Bogotá), Venezuela (Caracas) y Quito (Quito).
También el Congreso, proclamó a Bolívar Presidente de la República y a Francisco Antonio Zea como Vicepresidente de forma que «las Repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada quedan desde este día reunidas en una sola bajo el título glorioso de República de Colombia».
Mientras tanto, Bolívar seguía preparando la invasión militar de Nueva Granada tratando de mantener los detalles de la campaña en secreto por lo que su duración, características, fecha de inicio y alcance eran datos desconocidos, lo cual contribuía a aumentar el factor sorpresa y la imprevisibilidad del ataque.
Morillo estaba al corriente de la llegada de la Legión Británica a Angostura bajo el mando de James Rooke e intuyó que el siguiente paso lógico de Bolívar sería unir fuerzas conJosé Antonio Páez, destacado líder rebelde de Los Llanos, por lo que tras analizar la situación decidió atacar el principal reducto rebelde neogranadino en Casanare con tropas al mando del coronel José María Barreiro que fueron hostigadas constantemente por las tropas del general Santander mediante tácticas de guerrilla que fueron desgastando a las fuerzas de la Tercera División española.
La llegada de la época de lluvias hizo los caminos intransitables y las operaciones militares difíciles por lo que los españoles decidieron replegarse ante la lógica de que el enemigo haría lo mismo.
Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos hacían presentir lo peor al General Morillo ya que su Ejército expedicionario, exhausto y sin recibir refuerzos desde hacía mucho tiempo, estaba combatiendo contra fuerzas militares eficaces de las que se desconocía su capacidad real.
Es entonces cuando Bolívar realizó una de sus hazañas militares más destacadas, el Paso de los Andes, que realizó en una estación poco propicia y que se consideraba imposible con los medios de la época. El difícil avance de las tropas patriotas se produjo a través del Páramo de Pisba, hasta dar alcance a los realistas el 25 de julio de 1819 en la Batalla del Pantano de Vargas, en la cual la tropa realista finalmente huyó, situación que le permitió a los patriotas llegar a la ciudad de Tunja el día 4 de agosto.
Allí se reúne con las tropas patriotas que estaban bajo el mando de Santander en la población de Tame (actualmente ubicada en el departamento de Arauca), en donde comienza la Campaña Libertadora de Nueva Granada.
El ataque de Bolívar logró sorprender a los españoles que, ante el desastre, intentaron tomar medidas. Barreiro todavía pensaba que podía controlar la situación pero el estado de sus tropas le obligaba estar a la defensiva por lo que decidió replegarse hacia la ciudad de Bogotá donde las condiciones le serían mucho más favorables.
El enfrentamiento decisivo con los realistas se produjo en la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819, por medio de la cual se pretendía detener el avance de las tropas leales comandadas por Barreiro hacia la ciudad de Bogotá y que resultó en una gran victoria para Bolívar y el ejército revolucionario.
Cuando el virrey Sámano quien conocía como los demás realistas el decreto de guerra a muerte, se enteró de la derrota, huyó inmediatamente de Bogotá y de esta forma, elejército libertador entró triunfante a la capital el día 10 de agosto.